La demencia es un síndrome que implica el deterioro o pérdida de la función cerebral que afectan la memoria, el pensamiento, el intelecto, el lenguaje, el juicio, el comportamiento y la capacidad para realizar actividades de la vida diaria. La demencia es causada por diversas enfermedades y lesiones que afectan al cerebro de forma primaria o secundaria, como la enfermedad de Alzheimer o los accidentes cerebrovasculares. Aunque afecta principalmente a las personas mayores, la demencia no constituye una consecuencia normal del envejecimiento. La conciencia no se ve afectada. El deterioro de la función cognitiva suele ir acompañado, y en ocasiones es precedido, por el deterioro del control emocional, el comportamiento social o la motivación. En el mundo entero hay unos 35,6 millones de personas que padecen demencia, y cada año se registran 7,7 millones de nuevos casos.
SIGNOS Y SÍNTOMAS
La demencia afecta a cada persona de manera diferente, dependiendo del impacto de la enfermedad y de la personalidad del sujeto antes de empezar a padecerla Tendencia al olvido Pérdida de la noción del tiempo Dificultad para comunicarse Incapacidad de aprender o recordar información nueva Dificultad con la planificación y organización Dificultad con funciones de coordinación y motor Cambios en la personalidad Incapacidad de razonar Comportamiento inadecuado Paranoia Agitación Alucinaciones
CAUSAS
La demencia tiene muchas causas. Algunas demencias como la enfermedad de Alzheimer se producen por sí mismos, no como resultado de otra enfermedad.
- Enfermedad de Alzheimer
- Infartos cerebrales múltiples
- Alcoholismo
- Trastornos endocrino-metabólicos, como el hipotiroidismo y la deficiencia de vitamina B12.
- Alteraciones cerebrales, como neoplasias, hematomas.
- Otras enfermedades degenerativas, como la de Pick, párkinson, Huntington.
- Infecciones del SNC.
La mayoría de las demencias son irreversibles y no tienen cura, aunque se pueden tratar los síntomas acompañantes. Es muy importante averiguar si la causa de la demencia es tratable, ya que aproximadamente un 10% de las demencias son reversibles si se tratan a tiempo, en otro 10% se puede detener la evolución de la enfermedad, y otro 10% se debe a causas psiquiátricas (pseudodemencias).
FACTORES DE RIESGO
Hay pocas investigaciones que tengan por finalidad identificar los factores de riesgo modificables de la demencia. La prevención se centra en los objetivos sugeridos por los estudios científicos disponibles, por ejemplo la lucha contra los factores de riesgo relacionados con las enfermedades vasculares, como la diabetes, la hipertensión y la obesidad en la mediana edad, el tabaquismo y la inactividad física. Los factores de riesgo que no se pueden cambiar
- Edad. La demencia no es una parte normal del envejecimiento.
- Antecedentes familiares. Las personas con antecedentes familiares de demencia tienen un mayor riesgo de desarrollarla. Si tiene mutaciones genéticas específicas, está en riesgo de desarrollar ciertos tipos de demencia.
- Síndrome de Down. En el momento en que alcanzan la edad media, la mayoría de las personas con síndrome de Down desarrollar las placas y ovillos neurofibrilares característicos de la enfermedad de Alzheimer, según los estudios. Muchos, pero no todos, también desarrollan demencia.
Factores de riesgo que usted puede cambiar, llevando un tratamiento indicado o tomando prevenciones
- El consumo de alcohol
- Aterosclerosis.
- Presión arterial.
- Colesterol.
- Depresión.
- Diabetes.
- Altos niveles de estrógeno.
- Niveles de homocisteína en sangre.
- Fumar.
PREVENCIÓN
- Mantener la mente activa. Actividades mentalmente estimulantes, hacer rompecabezas y juegos de palabras, aprender un idioma, tocar un instrumento, leer, escribir, pintar o dibujar. No sólo estas actividades retrasan la aparición de la demencia, pero pueden ayudar a disminuir sus efectos
- Mantenerse física y socialmente activo. Las actividades físicas y sociales pueden retrasar la aparición de la demencia y también reducir sus síntomas. Caminar, nadar, bailar, viajar, ir al teatro y exposiciones de arte, jugar a las cartas u otros juegos.
- Reduzca sus niveles de homocisteína. Las primeras investigaciones han demostrado que altas dosis de tres vitaminas B – ácido fólico, B-6 y B-12 – ayudar a reducir los niveles de homocisteína y parecen retrasar la progresión de la enfermedad de Alzheimer.
- Reducir su nivel de colesterol. Los depósitos que se producen en el cerebro de las personas con colesterol alto es una de las causas de la demencia vascular. Las estatinas, que ayudan a reducir los niveles de colesterol, también pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollar demencia.
- Controlar periódicamente la diabetes. Controlar la diabetes puede reducir su riesgo de desarrollar enfermedad de Alzheimer y la demencia vascular.
- Deje de fumar. Aunque algunos estudios indican que el consumo de corriente sólo aumenta el riesgo de demencia, por lo menos un estudio grande encontró que fumar en exceso (más de dos paquetes al día) en más de la mediana edad duplica su riesgo, incluso dos décadas más tarde.
- Mantener la presión arterial en niveles normales puede reducir significativamente el riesgo de enfermedad de Alzheimer y la demencia vascular.
- Perseguir la educación. Las personas que han pasado más tiempo en la educación formal parecen tener una menor incidencia de deterioro mental, incluso cuando tienen anormalidades cerebrales.
- Mantener una dieta saludable. Comer una dieta saludable es importante por muchas razones, pero los estudios demuestran que una dieta rica en frutas, vegetales y ácidos grasos omega-3 los ácidos grasos, que se encuentran comúnmente en determinados pescados y frutos secos, puede tener un efecto protector y reducir su riesgo de desarrollar demencia.
- Obtener todas sus vacunas. Los que reciben las vacunas para la gripe, el tétanos, la difteria y la poliomielitis parecen tener un riesgo significativamente menor de enfermedad de Alzheimer, por lo que mantenerse al día en sus vacunas podrían tener un efecto protector contra el desarrollo de la demencia.
- Mejorar la comunicación. Al hablar con su ser querido, mantener el contacto visual. Hable despacio en oraciones simples, y no se apresure la respuesta. Presente sólo una idea o instrucción a la vez. Use gestos y señales, tales como apuntar a los objetos.
- Realizar ejercicios con frecuencia. El ejercicio beneficia a todos, incluyendo a las personas con demencia. Los principales beneficios del ejercicio incluyen la mejora de la fuerza y la salud cardiovascular. El ejercicio también puede disminuir los síntomas de la depresión, ayuda a mantener las habilidades motoras y crear un efecto calmante.
- Participar en juegos y actividades de pensamiento. Realizar juegos, crucigramas y otras actividades en las que la gente está utilizando habilidades de pensamiento (cognitivas) puede ayudar a retrasar el deterioro mental en personas con demencia.
- Establezca un ritual nocturno. El comportamiento es a menudo peor en la noche. Trate de establecer rituales ir a la cama que son calmantes y lejos del ruido de la televisión, la limpieza y la comida de los familiares activos. Deje las luces de noche en evitar la desorientación. Limitar la cafeína durante el día, desalentando siestas durante el día y ofreciendo oportunidades para hacer ejercicio durante el día puede ayudar a prevenir la agitación durante la noche.
- Planificar un calendario de tareas. Mantener un calendario de tareas puede ayudar a su ser querido recordar los próximos eventos, actividades diarias y los horarios de medicación. Considere la posibilidad de compartir un calendario con su ser querido.